Tras la boda nos quedaba un día, concretamente una mañana y no habíamos visitado de día el lago mayor así que nos encaminamos a un pueblo precioso en la orilla izquierda del lago, Stresa.
Alli coincidimos con una exposición de coches clásicos cuya peculiaridad era que los conductores de esos coches tenían que vestir a la moda de la época del coche. Un espectáculo peculiar!
No tuvimos tiempo de coger barco para ir a visitar las tres islas que el lago tiene en el centro pero se veían desde la orilla! Un pueblo muy mono para pasear.
Tras una comida en horario europeo, cogimos de nuevo el coche para ir al aeropuerto.
Aquí, mis páginas de travel journal.
Ha sido un viaje genial!