Os acordáis de eso a lo que jugábamos cuando éramos peques de decir una cosa al oído a uno muy rápido y el otro transmitía en cadena lo que había entendido, derivando tanto aquello que el origen no tenía nada que ver con el final? Pues una conversación parecida tuvimos el otro día mis amigas y yo vía e-Mail.
Tengo que aclarar que se tata de algo bastante común y habitual entre nosotras porque no sabemos porqué unas no reciben los mail de otras, unas están conectadas permanentemente y otras sólo cada tres días por lo que leen los mails deprisa y contestan antes de leerlo todo! Los mails además de para ver qué tal andábamos y contarnos nuestras penas y alegrías eran para quedar el sábado por la noche a cenar!
La despistadilla decia que no conocia un restauranteas 30 metros de su casa y que se llama como la calle; la que llegaba más tarde a los mails, que si al final vamos a quedar el sábado o qué, cuando estaba la reserva ya hecha, yo, que si la reserva está hecha para 5 entonces quien no va porque somos 6, En fin, que parecíamos unas abuelas sordas y viejas, cada loca con su tema!
Lo sorprendente es que sin llamarnos por teléfono todas aparecimos a la misma hora y en el mismo sitio. Un éxito!