Aunque no hayamos tenido invierno, siempre da gusto poder pasear con un poco de sol y calor.
Un día de esos primeros que salió el sol, fuimos con los niños al campo y las bicis y pasamos una tarde estupenda!
Qué podría dar más juego que una bici? Un charco?
Pues aunque parezca mentira, un agujero grande en el suelo da mucho juego y si no que se lo digan a ellos otra mañana que estuvieron jugando en el campo! Había tierra hasta por detrás de las rodillas! Madre mía cómo se lo pasaron y cómo se pusieron! Se sintieron cazatesoros, paleontógolos y arqueólogos, todo junto! Estaban emocionados porque cómo podía haber llegado una concha de chirla hasta ahí, en medio de la sierra de Madrid!
Va a ser cierto eso de que un niño sucio es síntoma de que se lo ha pasado bien! Jajajaj!