Me han «regañado» un poco porque no publico desde hace dias! Lo siento, me he sentido importante para aquellos que lo habéis notado! Así que he rebuscado en mis ideas y me he acordado de alguna anécdota simpáticas a contar!
Hace años iba a la universidad en tren y pasaba bastante rato en él! Es un transporte tranquilo y cómodo y al atravesar el Pardo la vista es bonita! Pues me han pasado varias cosas peculiares entre las que puedo decir:
– hace muchos años, al menos 15, una señora muy aseñorada y acicalada con buena pinta me miraba mucho mucho mucho y me sentía hasta incómoda! No sabía dónde mitar porque era de noche y en el tren se refleja por la centana el intwrior… Y ahí seguí la señora mirándome fijamente!!!! No sabía si decirle algo o no pero no me atrevía! Finalmente se decidió a hablarme, se movió de su sitio y se acercó …y va y me pregunta: tu te has puesto morritos? Señalandose su boca! Yo flipaba! Ante mi asombro de cara, me dice, es que me han dicho que la gente se mete cosas y se le ponen los labios hinchaditos y gorditos con muy buena pinta y yo he perdido mis morritos…. Yo tengo unos labios gorditos y respingones pero no demasiado! … Yo no me creía lo que me preguntaba, si había oído cosas pero no… Atontada le dije, no es natural! Y contestó, ah! Perdona es que están tan bien que pensé…. Se levantó y volvió a su sitio, yo creo que de la vergüenza que le dió y yo miraba al infinito por la ventana.
– otra vez, también con una señora mirona yo no sabía que hacer ni dónde mirar! Qué me pasaba que era la más rara del tren a la que mirar! Pues esta vez justo al ponerme de pie para bajarme, me dice «tu tienes que ser hija de «mi madre o mi tía»» (utilizando sus nombres claro!) Yo asombrada de tal afirmación, contesté adecuadamente, esperando, sin preguntar, algo más de información! Y ella dijo que había ido al cole con mi madre y que el parecido era asombroso! Ante tan abrumadora situación, me quedé pasmada y me bajé del tren despidiéndome educadamente sin saber de quién me estaba despidiendo y no me dí cuenta de aquello hasta que llegué a casa y se lo conté a mi madre que por supuesto se quedó con las ganas de saber quién era aquella señora que se acordaba de ella del colegio y que tan parecida me había visto como para afirmar que tenía que ser hija de! Cosas del directo!!!! Y de la juventud! Eso sí, no me vuelve a pasar!
Seguro que alguna más me ha pasado pero ahora no me acuerdo!