Metro de Madrid, 15h y en el vagón en el que me encuentro nadie huele bien!
Primero una chica con una pinta estupenda y un olor a perro mojado!!!! No sé si es la chaqueta de pelo que lleva o que tiene un perro poco aseado!
Me cambio de lugar y un señor de 50 cumpliditos, traje y zapato de corte italiano, oliendo a sudor sucio!!!! La gente no sabe que las camisas no deben repetirse y los trajes hay que llevarlos al tinte? Además, con las camisas de fibra si sudas, hueles!
Hago transbordo y además del ya habitual olor a pedo característico de la línea 3 de metro (que es nuevo y esta limpísima pero algún pegamento o algún filtro de aire no ha progresado adecuadamente olfativamente hablando) una señorona se ha pasado con el pachuli! Al menos esta se ha echado perfume, un perfume empalagoso y mareante que aturde al personal pero algo es algo! La gente ya no sabe en qué estación bajarse ni por qué puerta!
De qué sirven los desodorantes? y los anuncios? Un buen anuncio debería retratar personas normales que sufren cambios de temperatura de la mañana al medio dia, que usan transporte publico y no sólo aquellos que hacen deporte porque el desodorante es para TODOS! Y debe protegerte TODO el día! Existen marcas y colores, por favor, prueba y elige!
Deberían aliarse Sanidad, Consumo y Ahorro Energético! Al slogan de Gestión Canal de «pon la lavadora llena» deberían añadir un «pero, pónla!». Seguro que si la ropa esta muy muy sucia el programa que eliges en la lavadora gasta más agua! Además de más detergente….
Si respiramos por la boca consumimos seguro más aire del necesario! Esto me lo estoy inventando…..
No digo que tengas que usar colonia todos los dias que tenemos que ahorrar pero no se ahorra en desodorante!
Las personas desgraciadas como yo con narices desprivilegiadas que tienen la pena de olerlo todo, podemos decir que lo que olemos la mayor parte del tiempo no es ni bueno ni agradable!
Gracias al cielo! He llegado al bus y me he sentado al lado de la misma chica con la que he bajado esta mañana y huele a Nenuco, igual que esta mañana! Por supuesto tras saludarla -coincidimos mucho- le he dicho: «qué gusto! Qué bien hueles! Y ella me ha respondido con una amplia sonrisa «si, gracias y tú también!»