En casa llamar a una pizza es todo un acontecimiento!
Bueno, realmente no es el hecho de llamar, lo interesante es que va a venir «el señor pizza» como mi hija lo llama!
Desde que llamamos por telefono, se revoluciona; que si va a venir el señor pizza, que si éste no llega, que si le va a decir hola, que por qué tarda tanto, que si viene por ahí…. agotador!
Un día lloraba cuando se había ido y preguntaba que por qué se había ido el señor pizza! Otro quería decirle hola y la vergüenza no le dejó así que también lloró… vamos que la emoción del señor pizza pasa a frustración y numerito cuando el señor pizza hace su aparición!
Ya lo entiende mejor, el señor pizza viene, deja la pizza y se va! Pero y dónde se va? y por qué se va? y por qué no come pizza con nosotros?…. las preguntas de los niños nunca tienen fin!
El otro día ya fue el colmo cuando va y dice que le quiere dar un besito al señor pizza!!! Lo que nos faltaba! Ni que el señor pizza fuera siempre el mismo… cada día, como en todas las casas, es uno diferente!
Me empieza a gustar más la educación europea o americana en la que no se dan besos! Mi hija reparte besos a diestro y siniestro, sin miramientos y por un lado está genial porque es simpática, dulce y agradable pero por otro me encuentro con situaciones en las que le quiere dar besos a personas que ni conoce ni ella ni yo! No me gusta!!!!
Estoy deseando que el pequeño crezca y llamar al señor pizza sea el acontecimiento mensual más emocionante!!!! Qué buenas virtudes tienen nuestros pequeños que le sacan jugo a los días y a los acontecimientos más insignificantes!