Solidaridad, hasta qué punto?

Aquí entre mis líos con los autobuses porque hoy han pasado dos y no he cabido hasta el tercero, que por supuesto ha sido bloqueado en la siguiente parada y después de más de una hora entre unas cosas y otras, con visita habitual de la policía… Me planteo que la solidaridad está muy bien pero hasta qué punto? 

Unas chicas comentaban en el bus que hay que hacer presión, que hay que bloquear los autobuses para que se retrasen, que hay que pensar en los usuarios que se quedan en tierra, que fíjate el señor -malo, malísimo, el malvado de la película- que ha salido del bus anterior diciendo que por favor dejarán que el bus siguiera su camino… Duras críticas hacia el comportamiento de este señor!… Y yo pienso, bueno y de hecho se lo he dicho a ellas, no critiquéis sin conocer las circunstancias personales de ese señor! Todos vamos a llegar tarde a trabajar! me han dicho, y yo he replicado, si, pero no todos se lo pueden permitir! Lo mismo ese señor se ha levantado una hora antes que tu, lleva el mismo tiempo que tu en la parada hasta conseguir meterse en un bus y lleva llegando tarde todo el mes de octubre a lo que su jefe le puede haber dicho, si vuelves a llegar tarde te vas a la calle!!!! 
La solidaridad está muy bien siempre y cuando sea en ambos sentidos! Hay que tener en cuenta todas las posturas, las situaciones y buscar el equilibrio entre la solidaridad para ti y la que es para mí! Yo hoy por ejemplo, no quería llegar tarde a trabajar, conociendo el conflicto del bus, he salido antes de casa y aún así voy a llegar más tarde que ayer y a mi jefe le puede parecer mejor o peor, no va a preguntar el porqué pero aunque tenga una excusa más o menos creíble, buena o justificable, que le diga que es que el bus… El ve que llego tarde! Él y yo necesitábamos que yo llegara pronto o al menos en hora a trabajar por diversos motivos y no lo voy a conseguir! A ver cómo saco adelante lo que tenía que hacer a primera hora!!!
Lo malo de aquellos que tenemos niños es que a la hora en punto, hayamos o no terminado nuestro trabajo tenemos que salir por la puerta, nos guste o no, porque en caso contrario no conseguimos llegar a por los peques al cole y si a la vuelta nos espera lo mismo que por la mañana ya podemos ir tirando la toalla!!!! Qué ve el jefe? Que llegas tarde, no haces tu trabajo en hora y te vas sin perdonar un minuto, dejándoles o no con el trabajo sin terminar… Resultado: una pregunta que espero nunca para mí tenga una respuesta negativa… es esta persona rentable para la empresa? 
Hasta dónde estas dispuesto a ceder en tu solidaridad? «Tu libertad acaba donde empieza la mía»!!! Es una ley básica de convivencia!!!!

2 comentarios en «Solidaridad, hasta qué punto?»

  1. Estamos totalmente de acuerdo y mi postura no es en nada divergente a la tuya, pero sí que no estoy de acuerdo y me parece mal, que se critique a la ligera a una persona que, desconociendo cual es su situación particular, pueda perder los nervios pidiendo que le dejen llegar a trabajar porque como tu dices, le puede pasar a cualquiera y mañana puedes encontrarte en esa misma situación y ni buscándote la vida puedes hacer algo para llegar!
    Me parece genial que protestemos, que busquemos medidas efectivas entre todos para revertir en lo posible esta situación pero sin perder de vista esa solidaridad en ambos sentidos, el para todos y el para el concreto que hoy lo necesitaba!

    En el término medio está la virtud y en muchas ocasiones cruzar la línea hace que se pierda la razón!

  2. Hola Bea
    El título me parece bien ¿Solidaridad, hasta qué punto? y el que comprendamos a quien quiere continuar o comenzar su viaje y no se le obstaculice. Pero también comprendo a los que quieren parar el autobús y no quieren que haya gente que se quede abajo -excluida- por decisión del Consorcio de Transportes o deseo político o incompetencia del Partido Popular (en este caso).
    Es cierto que si no dejas seguir la marcha del autobús habrá un montón de gente afectada que se podría librar, pero a la vez si lo dejas marchar y aceptas la situación tal como te viene, sin protestar o sin que salga a la luz, habrá otro montón de gente afectada. Una vez puede ser otro, otra vez puedes ser tú. Al final se traslada la pelea a la gente afectada. Unos se buscan a vida de una forma o de otra (cogiendo el bus más arriba, cogiendo el coche, exigiendo que los que han llegado más tarde se queden abajo y siga el bus su marcha…).
    Las protestas siempre suponen una molestia para algunos pero la situación de recortes sociales lo supone para la mayoría. Lo que les gustaría es que pusiéramos una queja, nos mandasen una contestación tipo y estuviésemos tranquilitos en nuestras casas. Como borregos.
    Es cierto que no tenemos que prejuzgar las razones de las gentes que quieren que el autobús siga su marcha pero hay que hacerse notar, al mismo tiempo, para que la administración o quien sea no se piense que nos puede tratar como borreguitos.
    Recordando una explicación sobre la libertad reencontré esta: La libertad no es un hecho de aislamiento -como lo entienden los anacoretas-, sino de reflexión mutua, no de exclusión, sino al contrario, de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres libres, sus hermanos, sus iguales.

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